Un amplio revuelo político generaron las declaraciones de la diputada Camila Flores tras resultar electa como Senadora por la región de Valparaíso para el período legislativo 2026-2034. Apenas horas después de conocerse su triunfo en la Cámara Alta, la parlamentaria de Renovación Nacional (RN) arremetió contra su propio sector luego del duro revés sufrido por Chile Vamos en la Presidencial de este domingo 16 de noviembre.
El desplome de la candidatura de Evelyn Matthei –abanderada del conglomerado– quien terminó en un lejano quinto lugar, siendo incluso superada por Johannes Kaiser, desencadenó la crítica frontal de la congresista del Distrito 6, quien afirmó que Chile Vamos “terminó de morir” este domingo, enfatizando además que quienes han impulsado alianzas para “girar a la centroizquierda” deben asumir que los aliados naturales de su sector son el Partido Republicano y el Partido Nacional Libertario.
"Yo espero que con esta brutal derrota de Evelyn Matthei entiendan algunos de mi sector político que Chile Vamos era un enfermo terminal, que no tenía cómo salvarse, y que el domingo terminó de morir. Así de clara y categórica soy. Para todos los que tozudamente intentaban girar a la centroizquierda, haciendo alianzas con partidos que existen poco y nada, no queriendo hacer alianzas con nuestros aliados naturales, republicanos y libertarios, yo les digo: basta, se acabó", expresó Flores.

Estas palabras no solo tensionaron a la centroderecha, sino que también abrieron interrogantes sobre el futuro político inmediato de la parlamentaria. Y es que no son pocos los que dan por hecho que Camila Flores transita por sus últimos días dentro de Renovación Nacional y que su rumbo apunta, con mayor probabilidad, hacia el Partido Republicano o el Partido Nacional Libertario, espacios donde su línea ideológica tendría mayor sintonía que en la histórica coalición de centroderecha.
El escenario fue analizado por Felipe Vergara, académico del Departamento de Economía y Administración de la Universidad Nacional Andrés Bello (UNAB), quien sostuvo que es altamente probable que Flores recale en el partido de Kaiser y que su situación responde a un gesto de “oportunismo político”. Para el analista, las señales ofrecidas por la senadora electa tras la derrota presidencial configuran un reordenamiento interno cuyo impacto recién comienza a desplegarse en la derecha.

Consultado respecto a si esto configuraba lo que se llama "travestismo político", el experto indicó que "podría ser, aunque creo que es medio peyorativo con los travestis, que realmente tienen su identidad porque acá no hay identidad. Ellos no van a decir un día que me visto de hombre y al otro día me visto de mujer porque me siento más a gusto o me conviene. El travesti se siente travesti. El de la política es un oportunista político, es un transador, es un elucubrador político que ve dónde están las oportunidades para mantenerse ahí, y es un daño político gigante".
Acerca del futuro partidista de Camila Flores, planteó que "por lo que uno observa, lee e interpreta por su afinidad con la dictadura y por esas reivindicaciones, yo creo que el Partido Nacional Libertario es su domicilio político natural".
En relación a que Chile Vamos "terminó de morir", Vergara sostuvo que "creo que es un conglomerado muy golpeado, donde por segunda vez sus candidatos quedan muy mal posicionados en la primera vuelta –Sichel anteriormente y ahora Matthei– pero eso no hace que sea un conglomerado muerto. Creo que tienen buena representatividad a nivel parlamentario, particularmente la UDI y RN. No sé cuál es el domicilio político de Camila Flores o cuánto le quede en RN, pero independiente de lo mal que le haya ido a su candidata presidencial, yo no los veo muertos".
La situación también fue abordada por el diputado Andrés Celis, quien logró la reelección el domingo: "Creo que lo que vivimos fue un fracaso para nuestro sector. ¿Por qué? Porque hoy la gente está exigiendo respuestas categóricas, casi extremas, y eso me preocupa. Las expectativas son demasiado altas y ya no se cree en los acuerdos ni en la capacidad de sentarse a conversar y dialogar. Por eso emergen opciones populistas como la que representa Parisi, y no me sorprendería que en cuatro años los candidatos sean Boric y Parisi, repitiendo un escenario de extremos".

También expresó que "el verdadero fracaso es que la política de acuerdos, la misma que permitió crecer con Aylwin, Frei, Lagos y también con Sebastián Piñera, esté perdiendo credibilidad. Nuestro desafío es reencantar a la ciudadanía y demostrar que el diálogo es sinónimo de crecimiento, empleo, seguridad y avances en salud".
Finalmente, y en clara alusión a Camila Flores –aunque no la menciona directamente– el parlamentario sostuvo que "para mí, Renovación Nacional sigue siendo Longton, Pardo y yo mismo: un sector que cree en los consensos. Y, siendo honestos, quizás ha llegado el momento de que quienes no se sientan cómodos con esos valores definan si pertenecen a Renovación Nacional, a la Unión Demócrata Independiente, a Evópoli, o si deben emigrar hacia proyectos más afines a ellos".
En medio de este cruce de diagnósticos, tensiones internas y eventuales reconfiguraciones partidarias, el panorama en la derecha chilena sigue abierto y en pleno movimiento tras la estrepitosa derrota presidencial. Mientras Camila Flores profundiza su distanciamiento de Chile Vamos y voces como las de Andrés Celis abogan por recuperar una política de acuerdos, el sector enfrenta un escenario donde conviven visiones diametralmente opuestas sobre su identidad, su futuro y el tipo de liderazgo que debe encabezar la reconstrucción de su proyecto como conglomerado.
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